Que Es La Cena Del Señor?

Que Es La Cena Del Señor
La Santa Cena La Santa Cena El sacrificio de la última cena, el de la cruz y el de la misa no son tres sacrificios, sino uno solo, o tres oblaciones reales de una sola inmolación: la cena es la oblación real de Cristo que se ha de inmolar; la Cruz es la oblación real de Cristo inmolándose; la misa es la oblación real de Cristo inmolado. org › wiki › La_Última_Cena

La Última Cena – Wikipedia, la enciclopedia libre

es una ordenanza del santo sacerdocio que nos recuerda la expiación del Salvador. Durante la Santa Cena, participamos del pan y del agua y lo hacemos en memoria de Su carne y de Su sangre, las que Él ofreció como sacrificio por nosotros.

¿Cuál es la importancia de la Cena del Señor?

De la vida de Joseph Fielding Smith – El 5 de octubre de 1929, tras diecinueve años de servicio como apóstol, el élder Joseph Fielding Smith se puso de pie en el Tabernáculo de Salt Lake para ofrecer su discurso de conferencia general número 39. Dijo: “Quisiera hablar de una o dos cosas en las que he estado pensando en relación con la cuestión de la Santa Cena, [y] más particularmente en lo tocante a las reuniones que se han establecido en la Iglesia por revelación, por mandamiento del Señor, para participar de esos emblemas que representan el cuerpo y la sangre de Jesucristo”.

  1. A manera de introducción al tema, compartió sus sentimientos sobre la Santa Cena: “A mi juicio, la reunión sacramental es la más sagrada [y] la más santa de todas las reuniones de la Iglesia;
  2. Al reflexionar sobre la reunión del Salvador y Sus apóstoles en aquella noche memorable en la que Él presentó la Santa Cena; al pensar en esa ocasión solemne, mi corazón se colma de admiración y se conmueven mis sentimientos;

Considero esa reunión como una de las más solemnes y maravillosas desde el comienzo de los tiempos. “Allí el Salvador les enseñó en cuanto a Su sacrificio que estaba a punto de verificarse, el cual ellos, en su perplejidad, no podían entender. Les habló claramente de Su muerte y de que Su sangre sería derramada, y lo dijo en la hora misma de Su agonía por los pecados del mundo.

  1. Fue una ocasión muy solemne; allí se instituyó la Santa Cena y se mandó a los discípulos reunirse a menudo y conmemorar la muerte y los sufrimientos de Jesucristo, pues Su sacrificio era para la redención del mundo;

“Él estaba a punto de tomar sobre Sí la responsabilidad de pagar la deuda que sobrevino al mundo mediante la Caída, a fin de que los hombres pudieran ser redimidos de la muerte y del infierno. Había enseñado a las personas que sería crucificado para poder atraer a todos los hombres a Sí mismo, y para que no sufriesen todos los que se arrepintieran y creyeran en Él y guardaran Sus mandamientos, pues Él tomaría sobre Sí los pecados de ellos” 1. Imagen “…haced esto en memoria de mí” ( Lucas 22:19 ).

¿Qué poder tiene la Santa Cena?

La Santa Cena: Una renovación para el alma El Espíritu sana y renueva nuestra alma. La bendición prometida de la Santa Cena es que “siempre [podremos] tener su Espíritu [con nosotros]”. En una ocasión, un grupo de jovencitas me preguntó: “¿Qué le hubiera gustado saber cuando tenía nuestra edad?”.

Si respondiera a esa pregunta ahora, les diría: “Cuando tenía su edad me hubiera gustado entender mejor la importancia de la Santa Cena; quisiera haber entendido la Santa Cena de la forma en que el élder Jeffrey R.

Holland la describió. Él dijo: ‘Una de las invitaciones inherentes de la ordenanza de la Santa Cena es que sea una verdadera experiencia espiritual, una santa comunión, una renovación del alma’ 1 “. ¿De qué manera puede ser la Santa Cena “una verdadera experiencia espiritual, una santa comunión, una renovación del alma” cada semana? La Santa Cena se convierte en una experiencia que nos fortalece cuando escuchamos las oraciones sacramentales y nos volvemos a comprometer a cumplir nuestros convenios.

Para hacerlo, debemos estar dispuestos a tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo 2. Refiriéndose a esa promesa, el presidente Henry B. Eyring enseñó: “Eso significa que tenemos que considerarnos como que le pertenecemos; lo colocamos en el primer lugar de nuestra vida; deseamos lo que Él desea y no lo que nosotros queremos o lo que el mundo nos enseña que debemos ambicionar” 3.

Cuando tomamos la Santa Cena, también hacemos convenios de “recordarle siempre” 4. La noche antes de ser crucificado, Cristo reunió a Sus apóstoles e instituyó la Santa Cena. Partió pan, lo bendijo y dijo: “Tomad, comed; esto es en memoria de mi cuerpo, el cual doy en rescate por vosotros” 5.

  1. Luego tomó un vaso de vino, dio gracias, se lo dio a Sus apóstoles para tomar y dijo: “…esto es en memoria de mi sangre… que es derramada por cuantos crean en mi nombre” 6;
  2. Entre los nefitas, y también al restaurar Su Iglesia en los últimos días, repitió que debemos tomar la Santa Cena en memoria de Él 7;
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Al participar de la Santa Cena, testificamos a Dios que recordaremos a Su Hijo siempre y no sólo durante la breve ordenanza de la Santa Cena. Eso significa que constantemente acudiremos al ejemplo y las enseñanzas del Salvador para guiar nuestros pensamientos, decisiones y actos 8.

  1. La oración sacramental también nos recuerda que debemos “guardar sus mandamientos” 9;
  2. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” 10;
  3. La Santa Cena nos da una oportunidad para la introspección y para volcar nuestro corazón a la voluntad de Dios;

La obediencia a los mandamientos trae el poder del Evangelio a nuestra vida, así como mayor paz y espiritualidad. La Santa Cena brinda un momento para una experiencia realmente espiritual al reflexionar en el poder redentor y habilitador del Salvador por medio de Su expiación.

Hace poco, una líder de las Mujeres Jóvenes supo de la fortaleza que recibimos al esforzarnos por participar de la Santa Cena de manera reflexiva. A fin de completar un requisito del Progreso Personal, se puso la meta de concentrarse en las palabras de los himnos y de las oraciones sacramentales.

Cada semana llevaba a cabo una autoevaluación durante la Santa Cena. Recordaba los errores que había cometido y se comprometía a mejorar la próxima semana. Estaba agradecida de poder hacer las cosas bien y llegar a ser limpia. Viendo la experiencia en retrospectiva, dijo: “Estaba poniendo en práctica la parte de la Expiación que corresponde al arrepentimiento”.

Un domingo, después de su autoevaluación, empezó a sentirse triste y pesimista. Podía ver que estaba cometiendo los mismos errores una y otra vez, semana tras semana. Pero luego tuvo la clara impresión de que estaba dejando de lado una parte importante de la Expiación: el poder habilitador de Cristo.

Estaba olvidando todas las ocasiones en que el Salvador la ayudó a ser quien necesitaba ser y a prestar servicio más allá de su propia capacidad. Con eso en mente, reflexionó nuevamente sobre la semana anterior. Ella dijo: “Un sentimiento de gozo irrumpió en mi melancolía al observar que Él me había dado muchas oportunidades y habilidades.

Noté con gratitud la habilidad que tuve de reconocer la necesidad de mi hijo aun cuando no era obvia. Observé que un día en que sentía que no había tiempo para una cosa más, pude ofrecer palabras de fortaleza a una amiga.

También había demostrado paciencia en una situación que normalmente producía en mí el efecto contrario”. Finalizó diciendo: “Al agradecer a Dios el poder habilitador del Salvador en mi vida, me sentí mucho más optimista en cuanto al proceso de arrepentimiento que estaba tratando de aplicar y contemplé la siguiente semana con renovada esperanza”.

El élder Melvin J. Ballard enseñó la manera en que la Santa Cena puede ser una experiencia que sana y purifica. Él dijo: “¿Quién de nosotros no ha herido en alguna forma su espíritu por medio de la palabra, el pensamiento o la acción, de domingo a domingo? Cierto es que hacemos cosas que lamentamos y por las cuales deseamos ser perdonados… El medio para obtener el perdón… [es] arrepentirnos de nuestros pecados e ir a aquellos a quienes hayamos ofendido y obtener su perdón; después, debemos acudir a la mesa sacramental donde, si hemos seguido con toda sinceridad los pasos del arrepentimiento, seremos perdonados y la cura espiritual se verificará en nuestra alma…” “Soy testigo”, dijo el élder Ballard, “de que en la administración de la Santa Cena hay presente un Espíritu que entibia el alma de pies a cabeza; se siente que las heridas del espíritu se cicatrizan y la carga se levanta.

Todo aquel que es digno y tiene un verdadero deseo de participar de este alimento espiritual recibe consuelo y felicidad” 11. Nuestra alma herida puede ser sanada y renovada no sólo porque el pan y el agua nos recuerdan el sacrificio del Salvador, de Su carne y de Su sangre, sino porque los emblemas también nos recuerdan que Él siempre será nuestro “pan de vida” 12 y “agua viva” 13.

  • Tras administrar la Santa Cena a los nefitas, Jesús dijo: “El que come de este pan, come de mi cuerpo para su alma; y el que bebe de este vino, bebe de mi sangre para su alma; y su alma nunca tendrá hambre ni sed, sino que será llena;

“Y cuando toda la multitud hubo comido y bebido, he aquí, fueron llenos del Espíritu” 14. Con esas palabras, Cristo nos enseña que el Espíritu sana y renueva nuestra alma. La bendición prometida de la Santa Cena es que “siempre [podremos] tener su Espíritu [con nosotros]” 15.

Cuando participo de la Santa Cena, en ocasiones me viene a la mente un cuadro que representa al Salvador resucitado con los brazos extendidos, como si estuviera listo para recibirnos en Su amoroso abrazo.

Me encanta ese cuadro. Cuando pienso en él durante la bendición y el reparto de la Santa Cena, mi alma se eleva puesto que casi puedo escuchar las palabras del Salvador: “He aquí, mi brazo de misericordia se extiende hacia vosotros; y a cualquiera que venga, yo lo recibiré; y benditos son los que vienen a mí” 16.

Los poseedores del Sacerdocio Aarónico representan al Salvador cuando preparan, bendicen y reparten la Santa Cena. Cuando un poseedor del sacerdocio extiende el brazo para ofrecernos los emblemas sagrados, es como si el Salvador mismo estuviera extendiendo Su brazo de misericordia, invitando a cada uno de nosotros a participar de los preciosos dones de amor que se ponen a nuestra disposición mediante Su sacrificio expiatorio: los dones del arrepentimiento, el perdón, el consuelo y la esperanza 17.

Cuanto más meditemos sobre el significado de la Santa Cena, más sagrada y significativa será para nosotros. Fue eso lo que un padre de 96 años expresó a su hijo cuando éste le preguntó: “Papá, ¿por qué vas a la Iglesia? No puedes ver ni escuchar, y te es difícil trasladarte de un lugar a otro.

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¿Por qué vas a la Iglesia?”. El padre contestó: “Por la Santa Cena. Voy a participar de la Santa Cena”. Ruego que cada uno de nosotros vaya a la reunión sacramental preparado para tener “una verdadera experiencia espiritual, una santa comunión, una renovación de [nuestra] alma” 18.

Sé que nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador viven. Agradezco la oportunidad que la Santa Cena nos brinda de sentir Su amor y participar del Espíritu. En el nombre de Jesucristo. Amén.

¿Qué pasó en la Cena del Señor?

Los alimentos que estuvieron sobre la mesa en la que se instituyó la Eucaristía formaban parte de la tradición judía – 28/03/2013 Actualizado a las 16:08h. En la Última Cena de Jesús con sus discípulos pan y vino se transustanciaron en cuerpo y sangre de Cristo, instituyéndose así la Eucaristía, sacramento fundamental de la Iglesia Católica.

Pero sobre aquella mesa hubo aquel jueves más alimentos, todos parte de la tradición hebrea. La reunión, que supuso el comienzo de la Pasión y Muerte de Cristo, se celebró, según los Evangelios sinópticos -los de Mateo, Marcos y Lucas-, al atardecer del «primer día de los ácimos», esto es, el primero de la semana en que debía comerse pan hecho sin levadura en la masa o ácimo.

En el Pésaj o Pascua judía , que es la fiesta más importante de la tradición hebrea, este pueblo recuerda su salida y liberación de Egipto, y el pan que se emplea en ella es ácimo porque en la huida los israelitas no tuvieron tiempo de hacerlo con levadura.

  1. «Delante de Jesús había una fuente con hierba y otra con una salsa parduzca» De hecho, la hostia que emplea la Iglesia Católica en la celebración de la Eucaristía es pan ácimo de harina de trigo, y tiene origen en la «matzá» que emplean los judíos en la celebración del Pésaj;

Junto con el pan, en aquella mesa hubo vino, «producto de la vid», en palabras de Cristo ( Mateo 26:29 ), que pasó a ser su propia sangre, «la de la Alianza, que va a ser derramada por todos, para perdón de los pecados» (Mateo 26:28). Sin lugar a dudas, la del vino era una imagen de mucha importancia entonces: «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador.

Todo sarmiento mío que no da fruto lo corta; y todo el que da fruto lo poda, para que dé más todavía», dijo Jesucristo a sus discípulos ( Juan 15:1 y 2 ). Otro de los alimentos presentes fue el cordero pascual.

De hecho, la Cena de Pascua de ese «primer día de los ácimos» consistía en comer este animal recién sacrificado de acuerdo con los ritos propios de esta festividad judía. No se debe olvidar que, tal y como refleja la Santa Biblia, en la Palestina de entonces el pastoreo y consumo de cordero estaba muy extendido.

Además, este animal se ha convertido en uno de los símbolos más populares del cristianismo. Después de la Cena, Jesucristo, «Cordero de Dios», iba a ser igualmente inmolado para salvación de la humanidad entera.

Con todo, uno de los testimonios que acerca de los alimentos presentes en la Última Cena aporta más detalles es el de Catalina de Emmerich, monja agustina que a comienzos del siglo XIX experimentó una serie de visiones sobre la Pasión y Muerte de Jesús.

  • La editorial Voz de Papel recoge en «La amarga Pasión de Cristo», la descripción que de estas visiones realizó en 1823 el poeta alemán Clemente Brentano;
  • «En medio de la mesa estaba la fuente con el cordero pascual;

[…] El borde de la fuente tenía ajos todo alrededor. A su lado había un plato con el asado de Pascua y al lado un plato de hierbas verdes, apretadas, puestas de pie como si estuvieran plantadas, y otro con manojitos de hierbas amargas que parecían hierbas aromáticas; luego, delante de Jesús, había una fuente con hierba verdeamarillenta, y otra con una salsa parduzca.

Los comensales usaban como platos unos panecillos redondos, y utilizaban cuchillos de hueso», confesó la religiosa al poeta. Emmerich, beatificada por Juan Pablo II en 2004, también afirmó haber visto a Jesús mojando en la salsa un trozo de pan envuelto en lechuga.

Sobre la mesa en la que se celebró la Última Cena también pudo haber sal, un importante conservante de alimentos en aquellos tiempos. Una creencia popular dice que el traidor Judas Iscariote derramó sal durante la Cena, y aunque tan sólo se trata de eso, de una creencia popular, lo cierto es que algunas importantes obras de arte, como el conocido cuadro de Leonardo da Vinci, la recogen.

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¿Cuándo celebramos la Cena del Señor y porqué?

Dios instruyó a los judíos a celebrar la Pascua cada año como memorial de su salida de Egipto y de la esclavitud. Justo antes de Su crucifixión, Jesús y Sus discípulos estuvieron celebrando esta fiesta. Al final de la Cena de la Pascua, Jesús instituyó lo que hoy conocemos como La Cena del Señor o Santa Cena.

¿Qué dice la Biblia sobre la Cena del Señor?

La noche antes de Su crucifixión, Jesucristo se reunió con Sus Apóstoles e instituyó la Santa Cena (véase Lucas 22:19–20 ). Después de Su resurrección, Él instituyó la Santa Cena entre los nefitas (véase 3 Nefi 18:1–11 ). En la actualidad, la Santa Cena es una ordenanza en la que los miembros de la Iglesia participan del pan y del agua en memoria del sacrificio expiatorio de Jesucristo.

¿Qué día se celebra la Cena del Señor?

18 abril 2011 Que Es La Cena Del Señor Fuente de la imagen, AP Pie de foto, El estudio señala que la confusión se debe a la utilización de dos tipos de calendarios en el Nuevo Testamento. Los cristianos conmemoran la Última Cena de Jesucristo el jueves de Semana Santa, pero una nueva investigación sostiene que se llevó a cabo el miércoles antes de su crucifixión. Colin Humphreys, de la Universidad de Cambridge, señala que las discrepancias en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas en relación al de Juan surgieron porque aquéllos toman como referencia un antiguo calendario diferente al judío.

  • El investigador concluye que la fecha exacta de la Última Cena fue el 1 de abril del año 33 después de Cristo;
  • Esto puede significar también que el arresto, interrogación y juicio de Jesús no se produjo en un sólo día;

El profesor Humphreys sostiene que los resultados de su investigación podrían servir de base para que finalmente se establezca el primer domingo de abril como el día de Pascua.

¿Quién puede participar de la Cena del Señor?

¿Cuál debe ser nuestra actitud cuando participamos de la Santa Cena? –

  • ¿Cómo podemos prepararnos para participar de la Santa Cena? ¿En qué podemos pensar durante la Santa Cena que nos ayude a recordar la expiación del Salvador?

Antes de participar de la Santa Cena debemos prepararnos espiritualmente. El Señor ha hecho hincapié en que ninguna persona debe participar indignamente de la Santa Cena, lo cual significa que debemos arrepentirnos de nuestros pecados antes de tomarla. Las Escrituras dicen: “…si alguien ha transgredido, no le permitáis participar sino hasta que se haya reconciliado” ( D.

y C. 46:4 ). El Señor instruyó a Sus doce discípulos nefitas, diciendo: “…no permitáis que ninguno a sabiendas participe indignamente de mi carne y de mi sangre, cuando las administréis; porque quien come mi carne y bebe mi sangre indignamente, come y bebe condenación para su alma…” ( 3 Nefi 18:28–29 ).

Durante el servicio sacramental, debemos alejar de nuestra mente cualquier pensamiento mundano; debemos tener un espíritu de oración y ser reverentes; debemos pensar en la expiación de nuestro Salvador y estar agradecidos por ella. Debemos examinar nuestra vida y buscar la manera de mejorarla, y renovar nuestra determinación de guardar los mandamientos.

No es necesario que seamos perfectos antes de participar de la Santa Cena, pero debemos tener el espíritu de arrepentimiento en nuestro corazón. La actitud que tengamos al participar de la Santa Cena influirá en la experiencia que tengamos con esta ordenanza.

Si participamos de la Santa Cena con un corazón puro, recibiremos las bendiciones prometidas por el Señor.

  • ¿Por qué piensa usted que participar dignamente de la Santa Cena aumenta nuestra fuerza espiritual?

¿Qué significado tiene la última cena para los cristianos?

Iglesia católica [ editar ] – Para la Iglesia católica , en la última cena Jesús instituyó dos de los siete sacramentos : la eucaristía y el orden sacerdotal. [ 59 ] ​ Para Juan Pablo II los apóstoles fueron entonces nombrados sacerdotes del Nuevo Testamento.

  1. [ 60 ] ​ Los católicos celebran la última cena el Jueves Santo;
  2. En la misa de este día, el sacerdote lava los pies a doce fieles;
  3. [ 59 ] ​ El Catecismo de la Iglesia católica dice, respecto a la eucaristía: [ 61 ] ​ La eucaristía es “fuente y culmen de toda la vida cristiana”;

“Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua” El obispo católico Manuel González García describe así la relación entre la última cena, la cruz y la misa: [ 62 ] ​ El sacrificio de la última cena, el de la cruz y el de la misa no son tres sacrificios, sino uno solo, o tres oblaciones reales de una sola inmolación: la cena es la oblación real de Cristo que se ha de inmolar; la Cruz es la oblación real de Cristo inmolándose; la misa es la oblación real de Cristo inmolado.

¿Qué significa la palabra indignamente en la Biblia?

Adverbio de modo Que se hace o procede o trata con un inferior mérito o calidad o respeto del que corresponde.