Cómo engrasar una bandeja para pan – Engrasar adecuadamente el bandeja de pan es esencial para obtener el barra de pan horneada sáquelo después de sacarlo del horno. Hay una serie de elementos que puede usar, incluida la manteca vegetal, la mantequilla o aceite de cocina.
- Engrase bien el molde para pan con manteca vegetal, aceite de cocina o mantequilla.
- Extiéndalo uniformemente en el fondo y todos los lados de la sartén con los dedos o una toalla de papel doblada. Si está horneando a pan dulce de postre , deténgase aquí; la sartén está lista para usarse.
- Para pan blanco o integral, use harina de maíz gruesa para evitar que se pegue. Ponga un puñado de harina de maíz en el molde para pan y voltee el molde para que el fondo y los lados queden cubiertos.
- Después de hornear el pan, sacarlo de la sartén es tan simple como darle la vuelta. El pan se caerá de inmediato.
Contents
- 0.1 ¿Que se le pone a la bandeja para que no se pegue?
- 0.2 ¿Cómo evitar que el pan quede chicloso?
- 0.3 ¿Cuál es el papel que se usa para hornear?
- 1 ¿Por qué el pan se pone gomoso?
- 2 ¿Cuál es la temperatura del horno para hacer pan?
- 3 ¿Qué pasa si se amasa mucho la masa?
- 4 ¿Cuánto tiempo se debe dejar reposar la masa con levadura?
- 5 ¿Cómo se sabe si el pan está listo?
- 6 ¿Por que sustituir el papel de horno?
¿Que se le pone a la bandeja para que no se pegue?
Hearst Normalmente, los hornos cuentan con una bandeja metálica y una rejilla para cocinar tus mejores platos. El deterioro receta tras receta, hace inevitable tener que renovarlas. Hacerlo en una pieza de calidad hará que puedas seguir disfrutando de cocinar al horno. ¿Un truco para la limpieza? Utilizar la solución casera a base de bicarbonato sódico y vinagre blanco.
Hearst 1 de 7 Bandejas de acero inoxidable Comprar 21,95 € / 2 fuentes de horno de Inoxibar. Un truco para evitar que la comida se pegue a la bandeja y se quemen ambas cosas consiste en cubrir previamente la bandeja con un poco de mantequilla huntada con papel absorbente. Las bandejas de acero inoxidable son propensas a quemarse con más facilidad si no prevenimos al cocinar, sobre todo, carnes con piel.
Hearst 2 de 7 Fuentes de cristal rectangulares Comprar Desde 5 €, El Corte Inglés. Estas fuentes son especialmente útiles para cocinar platos como lasañas o canelones. Una gran inversión en la cocina si te gusta cocinar en el horno.
Hearst 3 de 7 Fuentes ovaladas Comprar Desde 13,99 € de Pyrex Classic En las bandejas y fuentes con vértices suaves y redondeados podrás cocinar ricos quichés con masas y hojaldres. Te proponemos probar esta deliciosa receta de quiché con rúcula y pistachos en una de ellas.
Hearst 4 de 7 Fuente con reja Comprar 33,99 € de Pyrex Classic. Para cocinar pollos asados a la cerveza, por ejemplo, con la ventaja de poder colocar la carne sobre la reja y dejar que la cerveza se evapore con el calor desde el fondo. ¡Un plato extremadamente delicioso!
Hearst 5 de 7 Fuentes de cerámica Comprar 44,59 € fuente de horno de Le Creuset. Brócoli con bechamel, pastel de arroz, ensaladas. Además de ser muy útiles en el horno, también lo son fuera de él, permitiéndote un soporte muy atractivo para presentar tus recetas a gran escala.
Hearst 6 de 7 Cazuelas de barro Comprar De Keraam. Se hacen indispensables en las cocinas de los más apasionados de la cocina. Sobre todo, de aquellos a los que les gusta mantener vivas las recetas más castizas. Servidas, por supuesto, en una cazuelita típica castellana como esta.
Hearst 7 de 7 Vintage Comprar 56 € de Le Creuset. Las bandejas y fuentes de horno no tienen por qué descuidarse. Mantén el espíritu de diseño del resto de tu menaje también en este accesorio con piezas tan coquetas como esta. Una pieza que hace posible su presentación ante los comensales con el plato aún caliente.
¿Cómo evitar que el pan quede chicloso?
Después de hornear – Una vez que está listo hay errores que pueden tirar todo el esfuerzo realizado para hacer esa perfecta hogaza de pan: dejar enfriar en una superficie plana. Si lo haces de esta manera por la misma temperatura se formarán gotas en la parte inferior de pan y se va a reblandecer.
- Procura enfriar sobre una rejilla para que circule el aire pero sin exagerar, cuando hay muchas corrientes corremos el riesgo de que nuestro pan se endurezca prematuramente;
- Debes dejar reposar tu pan por lo menos media hora después de que salió del horno para que se tempere y no se haga chicloso;
Al pan debes guardarlo en un recipiente hermético para que no se haga duro. En caso de que hayas leído esto demasiado tarde, 10 segundos en el microondas pueden corregir este tipo de errores en el pan.
¿Cómo hacer para que el pan no se queme por debajo?
24/05/2014 Si nos apetece hacer nuestro propio pan podemos hacerlo en el horno de casa. Evidentemente el resultado no será el mismo que el de un pan hecho en un horno industrial de mucha potencia o en un horno artesano de leña , pero si el objetivo es acompañar nuestros platos con un pan hecho con nuestras propias manos , este procedimiento le será de utilidad.
En un bol suficientemente grande , poner la harina y calentar un poco. añadir la sal , la levadura y mezclar un poco con una espátula de madera. añadir el agua y continúe mezclando hasta que note que se puede empezar a amasar.
Debe trabajar esta masa hasta que quede bien fina , que no queden grumos y que no sea ni demasiado seca ni demasiado pegajosa. Si encuentra que le falta agua , vaya su añadiendo , pero poco a poco , una cucharada cada vez. si , al revés, ve que la masa es demasiado blanda agregue harina , también poco a poco.
añadir la mantequilla , a temperatura ambiente. no es un ingrediente necesario pero da color a la masa en hornearla , y además la hace muy agradable de trabajar. amasar bien. una vez bien trabajada ( entre 5 y 10 minutos ) , dejar reposar esta masa en un bol limpio y tapada con un paño húmedo o con film transparente en un lugar más bien caliente y sin corrientes de aire (dentro del horno , apagado claro , es un buen lugar ).
Debe crecer el doble aproximadamente ; el tiempo que tarde dependerá del vigor de la levadura y de la temperatura ambiente. si la levadura no es suficientemente activo o el lugar es demasiado frío puede tardar hasta 8 horas ! Vuelva a trabajar la masa sobre el mármol : en este punto ya no debe necesitar añadir agua ni harina y casi no necesita enharinar las manos , tampoco.
de todos modos, es preferible dejar siempre la masa ligeramente húmeda porque de esta manera no se reseca tanto y sube mejor. amasar sólo un poco para sacar el aire que se ha creado dentro de la masa y , ya puede empezar a cortarla ya darle forma según lo que pensáis hacer : panecillos o panes.
Piense que es una masa casera , os costará bastante hacer barras alargadas , por ejemplo. otra cosa que debes tener en cuenta es su horno : piense que los panes que haga podrán crecer más del doble ! Ponga los panes sobre una bandeja engrasada ( con mantequilla o si lo prefiere, espolvoreo con harina ) y bien separados unos de otros.
dejar reposar hasta que hayan crecido , casi el doble de su tamaño original. si los deja en un lugar muy caliente , cuidado de irlos mojando la superficie, ya que sino puede endurecerse la costra y ya no crecerá tan bien.
ahora ya se pueden hornear , con el horno prees calentado a 200 grados. Justo antes , por ello, haga unos cortes oblicuos en los panes ( puede hacerse con un cuchillo de sierra ). Estarán a punto cuando al darles unos golpecitos en la base, suenan como si estuvieran vacíos.
- pan de trigo Blanco
- 500 gr. de harina blanca ( biológica preferiblemente )
- 250 gr. de agua 10 gr. de sal
- 2 cucharadas de levadura deshidratada (o 3 o 4 cucharadas de levadura de fermentación natural )
- Opcional : 25 gr. de mantequilla
¿Cuál es el papel que se usa para hornear?
El papel sulfurizado, papel de horno, papel mantequilla o sencillamente papel vegetal, a secas, es un papel vegetal tratado químicamente ( se le da un baño en ácido sulfúrico, de ahí el nombre) para tapar los poros de la celulosa y así hacerlo impermeable y para que además sea resistente a las elevadas temperaturas de.
¿Qué hacer para que no se pegue la comida en el horno?
Nos vamos a referir al horno que solemos tener todos en casa, el convencional -que no de convección, habitualmente más para uso profesional-. Este electrodoméstico se calienta por medio de resistencias eléctricas -arriba y abajo- o de gas y posee un selector de tiempo y temperatura.
También encontramos cada día más el horno multifunción, que reparte de forma homogénea el aire caliente por toda la superficie del horno y así se consigue una coción más homogénea. Suele incluir específicamente, además, la opción del vapor , responsable de aportar mayor jugosidad a los alimentos.
Algo que puedes hacer en el horno convencional a una temperatura inferior a 100ºC. Aunque cada horno es un mundo, y te recomendamos que leas bien su manual de instrucciones para explotar todo su potencial, sí te damos algunos tips generales para su buen uso y para que le saques el máximo partido.
Utensilios para el horno Vigila siempre que los utensilios que vas a utilizar para cocinar al horno sean adecuados, aptos para asar y resistentes al calor. Los materiales más habituales son pyrex (que es un tipo de vidrio con óxidos de silicio y boro, no vale cualquier cristal), barro, silicona, cerámica, piedra, hierro, acero inoxidable, metal y aluminio.
Además de bandejas, moldes para tartas y bizcochos, la gama de utensilios para horno incluye cocottes , ramekínes , sartenes , cacerolas y ollas. Sea cual sea, siempre debes leer las indicaciones que da cada fabricante en sus productos, antes de meterlos en el horno, para cocinar con todas las garantías y evitar desastres.
Para evitar quemarte cuando saques la bandeja del horno, protégete con unos guantes adecuados y resistentes al calor, y desde luego los más recomendables son los de silicona o unas asas del mismo material.
Evita usar trapos húmedos, que son conductores del calor. Opta por fuentes planas , en lugar de hondas, ya que su mayor superficie facilita un cocinado más rápido y homogéneo. Respeto a las bandejas que viene dentro del horno, te aconsejamos que uses la parrilla para recipientes, moldes, asados y platos congelados, mientras que la bandeja esmaltada plana se recomienda para bizcochos , pasteles, galletas , repostería, platos congelados o asados de tamaño grande.
Por qué hay que precalentar el horno En casi todas las recetas que se preparan en el horno, uno de los primeros pasos es precalentarlo durante 15 minutos antes (hay algunas, las menos, que arrancan desde frío) a los grados que nos marque cada elaboración.
Y esto tiene mucho que ver con la temperatura, ya que si no es la correcta (al igual que el tiempo de horneado), afectará al sabor y a la textura de nuestro plato. Un precalentado previo del horno, además de acelerar la receta, también nos ayuda a que la cocción se produzca de forma homogéna por todo el producto. Ingredientes y temperatura Casi cualquier alimento es susceptible de ser cocinado en el horno, a veces directamente y otras sometido a algún otro tipo de cocción previa. Tiene la enorme ventaja de que mantiene en gran medida el sabor natural de cada producto , que se cocina en su propio jugo, y no necesita ni tanta grasa ni tantos otros condimentos como otras técnicas culinarias. Para que no se peguen los alimentos procura echar un poco de aceite en la base del recipiente que uses para hornear, cubrir con papel resistente al calor o usar una esterilla de silicona, sobre todo si lo haces directamente en la bandeja del propio horno.
- Estas temperaturas son orientativas , porque tendrás que seguir las indicaciones de cada receta, pero por lo general se prefiere una potencia más suave y una cocción más prolongada para que los alimentos no se sequen, pero siempre depende de cada producto, así como de la potencia de tu horno;
Entre 180-200ºC se suele asar el pollo; a 200ºC las carnes; entre 160 y 180ºC los pescados ; la repostería entre 150 y 180ºC; las pizzas a 220ºC; el pan a 200ºC y las veduras entre 180 y 200ºC. Y nunca abras el horno durante el cocinado para que no haya alteraciones bruscas de temperatura y el resultado no sea el adecuado. Colocación de la bandeja y durante el horneado El calor en todos los hornos sube de abajo hacia arriba. Por esa razón, la parte más alta concentra más temperatura y es la zona ideal para las cocciones rápidas o los gratinados. Las cocciones más lentas, como los asados de carne , que requieren más tiempo, se deben colocar en la parte inferior del horno, mientras que el centro es el lugar donde debemos poner los pescados, que se cocinan antes.
En el medio también, pondremos panes y productos de repostería. Ten precaución cuando abras el horno caliente y no acerques la cara. El calor es tan fuerte que puede tener consecuencias nefastas y producirte graves quemaduras.
Es importante que haya humedad dentro del horno. Esto puedes conseguirlo bien introduciendo un recipiente con agua, o bien incorporando verduras, caldo , vino o agua. Además, en el caso de carnes o aves, puedes aprovechar los jugos que desprenden durante el asado e ir pintando la superficie del producto para que no resulte seco en exceso.
- Una vez que haya terminado el tiempo de horneado, sácalo con cuidado, deja reposar unos minutos y ya puedes llevarlo a la mesa;
- Mantén tu horno siempre limpio y gozará de una larga vida;
- Para ello, hay tanto productos específicos industriales como múltiples opciones caseras;
Eso sí, espera a que se enfríe del todo para hacerlo y no te olvides de quitar los restos tanto de las paredes, las bandejas, el suelo así como el fondo. Recetas al horno Esperamos que te haya sido útil esta información práctica, que queremos completar con 9 recetas con ingredientes cuyo cocinado resulta delicioso en el horno.
¿Por qué el pan se pone gomoso?
El pan se endurece cuando se pierde la humedad en las moléculas de almidón, paradójicamente se pone chicloso primero –y mohoso después– cuando está en ambientes demasiado húmedos y el frío tampoco le va precisamente bien. Por eso la manera de almacenarlo es fundamental para que dure el máximo en óptimas condiciones, listo para darnos tostadas estupendas, bocadillos campeones y ayudarnos a rebañar la salsa de las albóndigas.
Pero no todos los tipos de pan tienen las mismas necesidades ni se comportan igual: por eso hemos preparado esta guía, que te ayudará a mantener el pan de molde tierno, las barras crujientes y las hogazas con el mejor equilibrio entre ambas cosas durante todo el tiempo posible.
El proceso importa Cuantas menos cosas añadidas tenga el pan y más natural sea su proceso de elaboración, más tiempo durará en buenas condiciones: por eso el del pueblo, de la abuela o aquel que perdura en las leyendas de cada familia siempre “duraba una semana”.
Los procesos enzimáticos de un pan que ha sido elaborado con harina –o harinas–, agua, sal y tiempo hacen que sea no solo más duradero, sino también más fácil de digerir. Por el camino No hay manera más eficaz de cargarse una buena barra, hogaza, panecillo o lo que sea que meterlo caliente en una bolsa de plástico: su propio calor y la humedad lo dejarán como un chicle en cuanto te despistes.
Si lo compras recién salido del horno, asegúrate de que puede ‘respirar’ en condiciones hasta que esté a temperatura ambiente. Llevar una bolsa de tela –de las de toda la vida o de las que se usan en verano como bolso– nos asegura que el pan llegue a casa en buen estado.
Si no hay más remedio que meterlo en la bolsa en cuestión porque está lloviendo a mares, sácalo de allí en cuanto puedas: cada minuto cuenta, como en La jungla de cristal. Las barras Si es tu formato favorito, seguramente ya sabrás que también es el que peor aguanta el paso del tiempo: la proporción entre corteza, miga y superfície de exposición al aire lo convierte en el más efímero de los panes.
Que aguante perfectamente de un día para otro es complicado incluso en las mejores calidades, así que intenta consumirlo en el mismo día que lo compras, y guárdala con la misma bolsa de papel en la que lo has comprado protegida con una bolsa de tela o un paño de cocina.
Si te sobra y quieres darle una segunda vida al día siguiente sin pasar por el congelador, métela en una bolsa de plástico: quedará chiclosa y no muy agradable para comerla tal cual, pero esa misma humedad le devolverá la vida si pasas el pan por la tostadora o te preparas con él un crujiente y delicioso bocadillo planchado.
Pan de molde He aquí el único pan que agradecerá que lo guardes en la misma bolsa de plástico en la que lo has comprado, donde conservará su característica textura blandita y ligeramente húmeda. Aunque lo suyo es guardarlo en un lugar oscuro y fresco, como una alacena alejada del horno y otras fuentes de calor, si donde vives hace un calor extremo existe la opción de meterlo en la nevera.
- Con este truco retrasarás la aparición de moho, pero el frío hará que se seque más rápido: envolverlo en una bolsa extra lo protegerá y minimizará este problema;
- Recuerda sacarlo de la nevera un rato antes de consumirlo: a temperatura ambiente estará más rico y más tierno que recién salido del frigo;
Las hogazas Este es sin duda el formato más agradecido para conservarse en las mejores condiciones: una buena hogaza puede durar una semana en condiciones más que dignas (otra cosa será que puedas aguantar sin comértela, algo por lo que no ponemos la mano en el fuego).
La tela vuelve a ser tu mejor aliada para ponérselo fácil: si lo envuelves en un paño de algodón o lino limpio, te lo agradecerá conservando la miga tierna y la corteza crujiente. Guardarlo en un lugar fresco, seco y protegido de la luz es básico, siempre que este sitio no sea la nevera, que le va tirando a fatal y acelera su descomposición (menos al de molde).
Cuando el tiempo empieza a pasarle factura y el pan está bien-pero-no-tanto, dale un golpe de calor y volverá a sacar lo mejor de sí mismo. Si no tienes absolutamente nada para proteger tu pan –porque te han abducido los extraterrestres cuando volvías de hacer la compra, por ejemplo–, apoya la parte de la miga sobre una superfície lisa.
- Eso la protegerá de la sequedad, mientras la corteza ya hace lo mismo de manera natural con el resto de la superfície del pan;
- En el congelador Congelar el pan es una estupendísima manera de conservarlo en las mejores condiciones, siempre que se haga teniendo en cuenta un par de detalles;
Si antes te hemos dicho que no hay que ahogar el pan con plásticos, en este caso es es justo lo contrario: cuanto más protegido esté, mejor, así evitaremos que las bajas temperaturas lo quemen y se quede securrio y con mal sabor. La mejor opción pasa por hacer con unas bolsas de zip de las que se usan para congelar (por algo será).
- El grosor del plástico y el sellado ayudan a conservarlo en las mejores condiciones;
- El film de cocina también sirve, aunque es más engorroso de quitar, y si usamos bolsas normales es mejor poner una encima de la otra (y asegurarse de que están bien cerradas y no tienen agujeros;
También ayuda congelar el pan en el formato en el que lo vamos a consumir. Por ejemplo, si es una barra para hacer bocadillos, cortarla en trozos del tamaño deseado: se descongelará antes y evitaremos sobras innecesarias. Las rebanadas son perfectas para ir del congelador a la tostadora: si se separan un poco con las manos antes de ir al frío evitaremos que se peguen entre ellas.
¿Cuál es la temperatura del horno para hacer pan?
Importancia de la temperatura durante el horneado Para que una masa cruda de harina se cueza y llegue a generar gases en su interior, la temperatura ideal y tradicional de cocer el pan debe ser de unos 180-220ºC en hornos domésticos.
¿Qué pasa si se amasa mucho la masa?
Por Francisco Tejero – La fuerza de la masa es un factor determinante de la calidad del pan, de tal forma que la falta de fuerza o un exceso de la misma provoca frecuentemente problemas de regularidad y calidad en el pan. El panadero normalmente achaca a la harina la falta de fuerza o el exceso de la misma, sin tener en cuenta que hay factores que también influyen. El conocerlos es de vital importancia para el equilibrio de las masas y por consiguiente para la calidad del pan.
- La harina La harina ejerce una gran influencia sobre la fuerza de la masa dependiendo de la cantidad y calidad del gluten;
- También la actividad enzimática, es decir, su poder de fermentación, es un factor determinante;
El amasado Cuando se mezcla la harina y demás ingredientes con el agua, con el removimiento y el vaivén de la amasadora, las dos fracciones protéicas de la harina (gliadina y glutenina) se vuelven pegajosas. La unión de los enlaces dan lugar a una red elástica y extensible, impermeable a los gases, que se denomina gluten.
La formación, de mayor o menor cantidad de gluten, está determinada por la oxidación o exposición de la masa al oxígeno del aire. Esta oxidación varía con la velocidad de la amasadora y según la exposición de la masa al oxígeno del aire, durante el amasado.
De tal forma que si el amasado es muy prolongado aumentará la fuerza de la masa al mismo tiempo que su color se va blanqueciendo y, aunque con el aumento de la fuerza se obtendrá un pan de gran volumen, no resultará con un buen sabor. El tipo de amasadora también influye sobre la fuerza de la masa, en las amasadoras muy rápidas la exposición de la masa al oxígeno es menor por lo que también la fuerza quedará mermada.
- Así pues, resumiendo, podemos decir que la velocidad y la duración del amasado tienen una gran influencia sobre la fuerza de la masa;
- La sal La sal se emplea en una proporción de 20 g por kilo de harina;
Si se aumenta ligeramente la dosificación aumentará progresivamente la fuerza y la tenacidad de la misma, del mismo modo que retardará el período de fermentación. Al contrario, también si se disminuye la sal bajará ligeramente la fuerza y aumentará por consiguiente la extensibilidad.
- La forma de incorporar la sal también es otro factor a tener en cuenta;
- Cuando la sal se incorpora al final del amasado la fuerza de la masa es mayor que si por el contrario se ha añadido al principio; pero también hay que tener en cuenta que cuanto más tarde se incorpora la sal la oxidación de la masa será mayor, y el sabor del pan insípido;
Es aconsejable pues incorporar la sal al principio del amasado y dar la fuerza a la masa por otros métodos. Los mejorantes Los mejorantes completos que usa el panadero están compuestos por diacetil tartárico (E-472e), ácido ascórbico (E-300), y enzimas alfa-amilasas.
El diacetil tartárico es un emulgente que facilita la mecanización de las masas, al aumentar su extensibilidad, asegurando un mejor formado de la pieza y una expansión mayor en el horno. El ácido ascórbico por el contrario aumenta la fuerza de la masa pero también la tenacidad.
El efecto E-300 se traduce en una mayor capacidad de retención de gas. Las enzimas alfa amilasas regulan la actividad fermentativa y la capacidad de gelificación del almidón al entrar el pan en el horno. Por tanto el uso de mejorantes completos, práctica habitual del panadero, es otro factor que influye enormemente en la fuerza y en el equilibrio de las masas.
La masa madre La masa madre bien elaborada y conservada tiene un efecto positivo en proceso mixto de panificación, que como es bien sabido consiste en el empleo de masa fermentada y de levadura prensada.
Cuando el tiempo de reposo de la bola de masa dividida es escasa, es imprescindible añadir al menos un 20% de masa madre que proporcione no solamente sabor y aroma al pan, sino también fuerza y capacidad de impulso del pan en el horno. Levadura prensada Éste es un factor que frecuentemente al panadero le pasa inadvertido.
- En la mayoría de las panaderías se comienza con una dosis alta de levadura y se termina con muy poca;
- Los cambios en la fuerza de la masa van variando con la disminución de la dosis de levadura, y es muy frecuente que al principio de la jornada la masa lleve un exceso de fuerza y las últimas hornadas las masas se presenten flojas y debilitadas;
Hay hornadas de pan que salen mejor una que otras, como consecuencia de haber coincidido en la dosis óptima de levadura con el tiempo ideal de reposo. Es por tanto necesario que el panadero valore ese punto de coincidencia para que de esta forma equilibre la fuerza de la masa.
Temperatura de amasado La temperatura de la masa juega un doble papel sobre la influencia de la fuerza de la masa. Cuando la temperatura de la masa es inferior a 24º C (tanto si ha salido así de la amasadora como si se ha enfriado en el período de reposo) tiende a perder fuerza y aumentar extensibilidad, y la fermentación se desarrolla lateralmente y plana, al mismo tiempo que se frena la actividad fermentativa.
Al contrario, cuando la temperatura es superior a 25º C las masas se vuelven fuertes y tenaces, la fermentación se desarrolla muy redonda con poca base de contacto de la masa con la bandeja o tablero. Grado de mecanización Está demostrado que las presiones y esfuerzos físicos que se someten a la masa influyen en la estructura, en la fuerza y en la tenacidad la misma.
La división volumétrica somete a la masa a presiones, lo que incide que las últimas bolas divididas tengan un grado mayor de gasificación y de exposición de las masas a dichas presiones, transformándose cada vez más tenaz a medida que se acerca al final de masa.
El formado a máquina otorga mayor fuerza en las masas que aquellas otras formadas manualmente. También el grado de laminación y de enrrollado de las tortas de masas influye en el equilibrio, así pues, cuanto más cerrados entren los rodillos, más grandes será la torta y el enrrollado será superior; al contrario, si los rodillos están muy abiertos la barra tenderá a aflojarse y a extenderse durante la fermentación.
Tiempo de reposo Tanto si la masa ha reposado en bloque como en bolas ya divididas, aumenta de fuerza a medida que se va prolongando el tiempo. El reposo facilita al panadero equilibrar las masas, si lo que quiere es más fuerza, dejará mayor tiempo de reposo y si por el contrario lo que desea es obtener unas masas más flojas y extensibles recortará dicho tiempo.
Las masas duras Las consistencias de las masas es pues otro factor que influye en la fuerza, de tal forma que incorporando mayor o menor cantidad de agua a las masas se podrá concluir mejor el trabajo. Amasijos grandes Cuando las masas son grandes, el tiempo que se tarda en dividirse es largo, lo que provoca que las últimas piezas tengan un exceso de gasificación, de tenacidad y de fuerza.
¿Cuánto tiempo se debe dejar reposar la masa con levadura?
La masa debe reposar tres horas o hasta que doble su volumen – “Debemos dejar reposar la masa tres horas, o hasta que doble el volumen” , apunta. Después le daremos la forma y la medida que queramos. “No hay que estresarse intentando que nos quede redonda porque es muy difícil, puede resultar ideal meterla en la bandeja del horno y nos quedará cuadrada pero perfecta”, apunta el pizzero.
Ponerle un poquito de aceite de oliva antes ayuda a que no se pegue. Aunque el de oliva virgen es muy bueno, Gennaro opta por otro de oliva más suave para evitar que su intenso sabor se coma el de los ingredientes de la pizza.
Si tenemos un molde redondo también lo podemos usar. Lee también.
¿Cómo se sabe si el pan está listo?
Técnica del palillo – Es la técnica más segura. Consiste en perforar el pan con un palillo de madera y sacarlo. Si el palillo está seco, significa que el pan está totalmente cocido. Si el palillo sale con grumos y humedad, significa que el pan todavía está crudo.
¿Cuánto tiempo hay que dejar fermentar la masa del pan?
El tiempo: cuanto más lento sea el proceso, mejor será el resultado – Lo que diferencia el pan industrial de una buena hogaza , es principalmente la fermentación. Un pan bien fermentado es un pan repleto de matices de sabor, rico en tonos ácidos, que se conserva varios días, que tiene una corteza crujiente y que se forma sobre una miga desarrollada.
Lo interesante es que el pan fermente un mínimo de dos o tres veces y ello dependerá del tipo de pan que vayamos a preparar, ya que fermentar se trata de dejar la masa tranquila el tiempo que necesite para que haga su trabajo y haya como mínimo duplicado su tamaño indicándonos que ya está lista para ser horneada.
La fermentación proporciona a la masa del pan cuerpo y fuerza, y estos se traducen en la cualidad necesaria para que el pan adquiera volumen y esponjosidad en el horno. Un proceso de fermentación más corto implica que:
- No llega a darse la fermentación láctica , la mayor parte de la fermentación que se da es la alcohólica que permite hinchar la masa, pero no la desarrolla.
- El pan tiende a tener menos sabor y una textura más floja.
- Si la masa no ha fermentado lo suficiente, obtendremos un pan menos nutritivo , de menor calidad y que cuesta más de digerir.
En el pan producido de forma no artesanal se emplean mejorantes de la masa que aceleran y “sustituyen” el proceso de fermentación, el pan se produce rápidamente y se da preferencia a la cantidad y la rapidez. Ese ahorro de tiempo va en detrimento de la calidad que proporciona el proceso real de fermentación del pan. Un proceso de fermentación más largo implica que:
- Un pan con una mayor profundidad en el sabor y una textura más desarrollada.
- Si la masa ha fermentado bien, el pan es más nutritivo, asimilable y digestivo, ya que se ha pre-digerido y transformado el almidón.
- Disminuye su carga glucémica: gracias a las fermentaciones largas los microorganismos reducen la glucemia del pan, ya que una mayor proporción de glucosa es transformada.
- Es un pan que se conserva mucho mejor debido a su mayor acidez y a su nivel de ácido láctico, debido a que hay una menor oxidación y a que se mantiene fresco más tiempo sin la necesidad de añadir conservantes, permitiendo así elaborarlo también de forma íntegra con harinas no refinadas.
- El pan elaborado paso a paso respetando sus etapas y su tiempo de fermentación lenta que tranquilamente puede llevar 48 horas , es un pan de verdad : sabroso, rico en nutrientes, aroma y textura.
¿Y cuál es el tiempo ideal para fermentar el pan ? No hay un tiempo ideal y dependerá del tipo de pan que deseemos elaborar, del tipo de harina, de la masa madre y de la temperatura de fermentación. Se recomienda fermentar de 2-3 veces para obtener un pan tradicional, lleno de sabor, aroma, textura y propiedades beneficiosas.
¿Por que sustituir el papel de horno?
No te preocupes, porque en lugar de papel de horno o papel sulfurizado puedes usar papel de aluminio. No es tóxico, y con él conseguirás una mayor concentración del calor en caso del papillote o preparaciones cocidas o asadas en el horno y, además, no se quema.
¿Cuál es la diferencia entre papel encerado y papel para hornear?
El papel para hornear tiene una mayor resistencia a la humedad y a la grasa al no estar encerado ya que al estar recubierto de silicón, este no se derrite, lo que lo hace antiadherente. Está diseñado para hornear, como su nombre lo dice o en cocciones secas.
¿Qué pasa si meto papel encerado en el horno?
Un dato interesante de este papel es que no es resistente al calor, como ya lo mencionamos, la cera que contiene, si la llegamos a meter en un lugar de calor, podría derretirse y esto no nos agradaría para nada, porque se pegaría a nuestro alimentos y por consecuente ya no se podrían comer, incluso podría prenderse.
¿Cómo llevar la bandeja en discoteca?
El apoyo de la bandeja, clave – Para ganar soltura, mejor no apoyar la bandeja sobre toda la palma de la mano. La bandeja se deberá apoyar ligeramente sobre la yema de los dedos y la base del pulgar. Además, mejor sujetarla con la mano izquierda centrada y servir con la derecha.
- La bandeja se tendrá que colocar cerca del cuerpo, pero sin llevarla demasiado apretada;
- Lo ideal es practicar con una vacía antes de servir;
- Puede diseñar un circuito con conos, que te obligue a avanzar, retroceder, hacer giros, cambiar de sentido o superar obstáculos, incluso pequeños empujones;
Después habrá que practicar en el equilibrio de pesos. En este punto radica el sentido de que las bandejas de hostelería sean redondas. Coloca en el centro los objetos que pesen más y al rededor, en círculos concéntricos, los menos pesados. Así encontrarás mejor estabilidad. .