Importancia de la temperatura durante el horneado Para que una masa cruda de harina se cueza y llegue a generar gases en su interior, la temperatura ideal y tradicional de cocer el pan debe ser de unos 180-220ºC en hornos domésticos.
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¿Cuánto tiempo se calienta el pan en el horno?
¿Cómo recalentar el pan? – Nos ofrece muchas elaboraciones, pero también tiene grandes limitaciones. ¿Quién no ha comprado un pan buenísimo y con el paso de las horas se ha vuelto blando?. Calentarlo para que quede perfecto hará que tu cena quede redonda.
- En este artículo te enseñaremos técnicas de cocina para conseguir que el pan quede perfecto;
- Horno;
- Lo primero que tienes que hacer es calentar el horno a 175º, que es la mejor temperatura para calentar el pan;
Lo segundo será esperar a que esté caliente y luego introducirlo durante 5-10 minutos. Un truco para obtener un mejor resultado es mojar el pan que queremos recalentar: lo humedecemos con agua por los dos lados y lo ponemos al horno como hemos comentado anteriormente.
- Si quieres ponerle aderezo le puedes incluir, por ejemplo, sal, mantequilla, orégano o ajo;
- Papel de aluminio;
- Otra técnica para recalentar el pan es envolverlo en papel de aluminio y meterlo en el horno durante 15 minutos;
Se envuelve en papel de aluminio porque así se evita que el pan se endurezca rápidamente. Olla. Esta técnica consiste en coger una olla, meter el pan, cerrarla y cocinar el pan a fuego lento. Esto hará que el pan se dore por fuera y siga blando por dentro. La cocción será a fuego lento durante 5 minutos.
- Aquí, el truco de envolver el pan con papel de aluminio también servirá, ya que igualmente evita que se queme y mantiene el calor, de modo que se calienta más rápido;
- Microondas;
- Dentro de todas las técnicas que hemos visto, esta es la más rápida;
Para ello, es necesario un vaso lleno de agua y meterlo junto con el pan en el microondas. La humedad del agua hará que el pan se quede crujiente por fuera y esté blando por dentro. Otra opción, es envolver el pan con servilletas o papel de cocina, con esto también se absorbe la humedad.
Tostadores. Los tostadores Kenwood tienen una rejilla que permite no solo calentar pan, sino también bollería de forma fácil y rápida. Además, es una opción muy limpia ya que no ensucias ni el horno , ni microondas, ni ollas.
Siguiendo estos sencillos consejos, la próxima vez que hagas pan recalentado te quedará perfecto y podrás disfrutar de este complemento tan fundamental para nuestra dieta sin desaprovecharlo. ¡Desde aquí te animamos a descubrir nuevas recetas y encontrar la forma más sencilla para elaborarlo!.
¿Cómo saber cuál es la temperatura del horno?
¿A cuántos grados equivale? –
- Se habla de horno suave , también llamado horno flojo o bajo , cuando está a temperaturas de entre 140° y 170°.
- El horno medio o moderado se encuentra a una temperatura de entre 170° y 190°. Y acá se encuentran los famosos 180°, que no es ni mínimo ni máximo. Es horno medio y es la temperatura a la cual se cocinan muchos, muchísimo alimentos. Al final de la nota les explicamos por qué.
- Si les indican cocinar a horno fuerte entonces deben precalentar hasta lograr una temperatura de entre 190° y 230°.
- Y el horno muy fuerte entre 230° y 260°
Por supuesto, dependerá de cada horno. Es una lista de equivalencias parcial, sujeta a sugerencias y modificaciones. Pero espero que sirva para clarificar un poco este concepto. Lo pasamos en limpio en la siguiente tabla:
¿Cómo le llaman? | Equivalencia en grados centígrados |
---|---|
Horno suave | 140° – 170° |
Horno medio o moderado | 170° – 190° |
Horno fuerte | 190° – 230° |
Horno muy fuerte | 230° – 260° |
¿Ya fueron a ver su horno? Muchas personas seguramente dirán: « Mi horno no tiene grados, sólo mínimo y máximo «. ¿Cómo hacemos? No se preocupen, en la siguiente tabla encontrarán otra manera de conocer las temperaturas en hornos de gas y eléctricos:
¿Cómo le llaman? | En grados centígrados | Equivalencia en grados Fahrenheit |
---|---|---|
Bajo | 120º Centígrados | 250º Fahrenheit |
Medio | 180º Centígrados | 350º Fahrenheit |
Alto | 230º Centígrados | 450º Fahrenheit |
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¿Cuánto es el horno a 180 grados?
Traduciendo la potencia a grados de temperatura: los famosos 180º son en realidad una convención – Son muchas, muchísimas las recetas que empiezan indicando que debemos “precalentar el horno a 180 grados centígrados” -en Directo al Paladar tenemos para todos los gustos -. Equivale, grosso modo , a los 350 grados farenheit que solemos ver en el mundo anglosajón, a pesar de que la conversión exacta es la siguiente:
- 180 grados centígrados = 356 grados fahrenheit.
- 350 grados fahrenheit = 177,6 grados centígrados.
Es una manera de simplificar el asunto, pues en realidad nuestro horno nunca está a 180 grados. Los hornos domésticos corrientes no alcanzan esa precisión -aunque los modelos de última generación están dando grandes avances para lograrlo-; es una mera cuestión de funcionamiento. Por regla general, un horno funciona mediante un termostato interno que se calienta dentro de un rango más o menos variable según la temperatura que hemos marcado. Los famosos puntos calientes o el abrir y cerrar la puerta afectan también a la temperatura, por eso conviene girar lo que estemos horneando a mitad de tiempo para intentar lograr un resultado más homogéneo. Además hay hornos con el termostato mal calibrado, y otros que, simplemente, son más precarios. Un horno doméstico nunca está a la temperatura exacta que creemos Se han establecido los 180 grados como una convención general para indicar una temperatura moderada , que podría ser media-alta si además usamos ventilador o si el horno es eléctrico, frente al gas, que tiene menos potencia.
Si creemos que estamos horneando a 180 grados , en realidad la cifra fluctuará entre los 175 y 190, aproximadamente. Al menos es la temperatura del termostato, porque el espacio del horno también será algo diferente.
A esa temperatura es más fácil hornear bizcochos, galletas o verduras sin tanto riesgo de carbonizarlos.
¿Qué es la temperatura en panadería?
Por Francisco Tejero – A lo largo de todo el proceso de panificación tienen lugar unos fenómenos físico-químicos que hacen cambiar el estado de la masa desde el mismo momento que se mezcla la harina con el agua hasta que sale el pan del horno. En cada una de estas etapas intermedias (amasado, división, reposo, formado, fermentación y cocción), la masa es sometida a ciertas temperaturas que influirán en la calidad final del pan. Por experiencia sabemos cuáles son las temperaturas más favorables en cada una de dichas etapas.
- En conocerlas y en aplicarlas se encierra uno de los grandes secretos de la panificación;
- La fuerza de la masa, el equilibrio y la capacidad de retención de anhídrido carbónico están relacionados con la temperatura final del amasado;
Las masas con temperaturas superiores a 25º C son más fuertes y más tenaces que aquellas otras inferiores a 24º C que presentan menos fuerza y mayor extensibilidad. La temperatura ideal de la masa para los procesos normales de panificación debe oscilar entre 23 y 26º C, dependiendo de la cantidad de levadura prensada y de la consistencia de las masas.
- De tal forma que cuando las masas sean muy blandas y el contenido de levadura inferior al 2% sobre el peso de la harina la temperatura ideal es de 26º C;
- Pero si por el contrario las masas son más consistentes y el contenido de levadura prensada es elevado, la temperatura ideal es de 23º C;
En aquellas masas blandas y con poca levadura la temperatura aconsejable es de 26º C. En procesos con alto grado de mecanización la temperatura ha de ser más fresca que en los procesos artesanos. También cuando las masas sobrepasan el tiempo límite para ser divididas hay que procurar que éstas vayan ligeramente frías, para evitar de este modo las gasificaciones prematuras en la tolva de la divisora.
- La harina La harina es el ingrediente que pocas veces puede variar su temperatura, pero hay que tener en cuenta que el almacén debe estar lo más lejos posible del horno;
- Por cada grado que aumente la temperatura de la harina habrá que tener un grado menos en el agua y en verano siempre hay problemas con las temperaturas altas en las masas;
La temperatura ideal para el almacén debe estar entre 16 y 26º C. La temperatura ambiente modifica la de todos los ingredientes excepto la del agua. Una buena práctica es aislar la sección de amasado y mantener la temperatura constante de 23º C durante todo el año, de esta forma se evita que durante el invierno las masas se enfríen y en el verano se recalienten.
- Temperatura de fricción El rozamiento de la masa sobre la artesa y brazos de la amasadora incrementa la temperatura por la fricción, en ello influyen principalmente la velocidad de la amasadora, la consistencia de la masa y el tiempo de amasado;
A mayor velocidad de la amasadora la temperatura de fricción incrementa la temperatura final de la masa. Las masas cuanto más duras son más recalentadas están y si el tiempo de amasado se prolonga progresivamente se incrementará la temperatura de la masa.
- Es conveniente conocer cuál es la temperatura de fricción de cada amasadora; para ello es necesario anotar la temperatura de la harina y del agua;
- Dichas temperaturas se suman y se dividen por dos;
- El resultado será la temperatura de la masa si sólo se mezclara la harina con el agua, es decir, si no hubiera fricción;
Veamos un ejemplo: Temperatura harina = 22º C. Temperatura agua = 10º C. Total = 32º C. Se divide 32 entre 2, siendo el resultado 16º C que sería la temperatura de la masa si no hubiera tenido fricción. Al tomar la temperatura de la masa ésta dio 25º C. La diferencia es la fricción, es decir, 9º C.
Temperatura del agua en el amasado En primer lugar hay que saber cuál es la temperatura óptima de la masa y aunque en teoría es de 25º C, hay que recordar que cuando se van a congelar las masas y cuando el grado de mecanización es alto, la temperatura ideal ha de ser inferior.
La temperatura final de la masa va a variar en función de las temperaturas del local, de la harina, del agua y de la fricción. Esta última es siempre la misma y sólo variará si se aumenta el tiempo de amasado, por lo que prescindiremos de él. También hay que tener en cuenta la temperatura base, que es igual a la suma de las temperaturas de obrador, de la harina y del agua.
- Según el tipo de amasadora la temperatura base será distinta;
- Temp;
- Base: Amasadora de brazos 60 Amasadora de espiral 50 Amasadora de alta velocidad 40 Temperatura del agua = Temperatura base – (Temperatura del obrador + Temperatura harina);
Ejemplo: Temperatura de la harina 20º C Temperatura del obrador 22º C Temperatura del agua 60-(22+20)= 18º C. Si la temperatura final del amasado no es exactamente la que se quería, se podrá corregir en el próximo amasado, teniéndose en cuenta que para variar un sólo grado la temperatura de la masa, hay que variar 3º C la temperatura del agua.
- Fermentación La fermentación es una etapa clave y decisoria en la elaboración del pan;
- Para ello se aconseja que en los procesos normales nunca se fermente a temperatura inferior a la de la masa sino que por el contrario la temperatura de fermentación se sitúe 5º C por encima de la temperatura final de la masa;
La capacidad de retención de gas y la fuerza de la masa están relacionadas con la temperatura a la que es sometida ésta durante la fermentación. Si la temperatura está por debajo de 25º C la masa tiende a perder fuerza y a desarrollarse caída y aplastada, y con poca tolerancia.
- Se puede decir que la velocidad de fermentación es proporcional a la temperatura;
- Por debajo de 20º C y por encima de 40º C la velocidad empieza a disminuir;
- El desarrollo óptimo de la fermentación está comprendido entre los 26º y 30º C, aunque la fermentación láctica se desarrolla adecuadamente entorno a 20º C, en la fermentación butírica su máxima actividad está en 35º C;
También influye en la velocidad de fermentación la acidez. De tal modo que cuando la masa lleva incorporados algunos reguladores de pH, o si la masa tiene un pH superior 5,1 la fermentación se desarrolla más lentamente. Cuando la temperatura de fermentación es superior a 30º C, la diferencia de volumen entre la parte interior y exterior de la barra se hace notable y trae como consecuencia el agrietamiento y el descascarillado del pan.
No es aconsejable aumentar la temperatura para reducir el tiempo de fermentación, es mejor añadir más levadura para conseguir este fin. Evolución en la cocción La cocción es la etapa en la cual la masa se transforma en pan.
Esta transformación es más o menos rápida según la temperatura del horno y el tamaño de las piezas. Al comienzo de la cocción y una vez dado el vapor, la masa es suficientemente elástica y puede aumentar de volumen en el horno. El almidón se hincha ligeramente, los gases se dilatan y los alveolos interiores aumentan de volumen.
Al mismo tiempo la actividad enzimática se va desactivando a medida que en el interior de la masa se van alcanzando los 75º C. El gluten se coagula y comienza a mantenerse la estructura en la pieza, más adelante el pan comenzará a coger color y a perder humedad.
La temperatura y su evolución durante la cocción será también factor importante para la calidad del pan, que dependiendo del tamaño de la pieza, del contenido en agua de la masa, del tipo de horno, así como de la climatología, deberá estar interrelacionada con el tiempo de permanencia del pan en el horno.
¿Cómo saber si el pan está cocido?
Técnica del palillo – Es la técnica más segura. Consiste en perforar el pan con un palillo de madera y sacarlo. Si el palillo está seco, significa que el pan está totalmente cocido. Si el palillo sale con grumos y humedad, significa que el pan todavía está crudo.
¿Qué significa 1 2 3 4 5 en el horno?
Equivalencia de temperatura del horno entre número y grados de temperatura. – Si tu horno en la perilla tiene un número en lugar de grados centigrados, celcius o Farenheit estos son sus equivalentes. La mayoría de los hornos convencionales sólo llegan a 220º C ó 400 farenheit por lo que sólo tienen 5 números.
- 1 = 150º Centigrados ó 302 Farenheit
- 2 = 160º Centigrados ó 320 Farenheit
- 3 = 180º Centigrados ó 360 Farenheit
- 4 = 200º Centigrados ó 400 Farenheit
- 5 = 220º Centigrados ó 430 Farenheit
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¿Cuánto es el horno a 200 grados?
Temperaturas del horno – Celsius a Fahrenheit
Super bajo | 100° | 225° |
---|---|---|
Moderado | 190° | 375° |
Caliente | 200 ° | 400° |
Caliente | 220° | 425° |
Muy caliente | 230° | 450° |
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¿Qué número es 200 grados en el horno?
El horno es uno de los factores externos más importantes en la elaboración de repostería, ya que no todos son iguales. He aquí la importancia de conocer el nuestro y saber cómo funciona. Existen diferentes tipos de hornos: Eléctrico
- Genera calor de arriba y abajo.
- Hornea más parejo y se puede regular mejor la temperatura.
Gas
- No genera un calor tan parejo.
- Se concentra más el calor en la parte de arriba.
- No se puede regular la temperatura con precisión exacta.
¡Conozcamos los controles de temperatura! Pueden venir de diferentes maneras: en grados Celsius o centígrados, en Fahrenheit o en números del 1 al 5. Perilla en Celsius: de 250 a 260 grados. Perilla en Fahrenheit: de 500 a 550 grados. Perilla en números: 1 = 150 °C / 300 °F (muy bajo) 2 = 160 °C / 320 °F (bajo) 3 = 180 °C / 360 °F (medio o moderado) 4 = 200 °C 400 °F (alto) 5 = 220 °C / 430 °F (muy alto) ¿Cómo convertir de grados °C a °F o viceversa si no tenemos una tabla de conversión a la mano? Convertir grados puede ser un poco frustrante pero con esta sencilla tablita podrás hacerlo sin complicaciones.
175 °C + 40 x 9 ÷ 5 – 40 = 347 °F 347 ° F + 40 x 5 ÷ 9 – 40 = 175 °C 350 ° F – 32 ÷ 1. 8 = 176. 66 ºC (se utiliza redondeado 175 °C) NOTA: Para temperaturas mayores a 400 °F (200 °C), lo más común es dividir entre 2 y así obtendrás la temperatura correcta.
¡Ahora veamos qué se puede hornear con cada temperatura! De 100 a 120 °C / 250 °F: El horno estará a temperatura muy suave, ideal para hornear: Merengues,, soufflés y mousses. De 120 a 150 °C / 300 °F: El horno estará en temperatura suave-moderada. Ideal para hornear: Bizcochos y masas quebradas.
De 150 a 200 °C / 390 °F: La temperatura estará un poco más que moderada. Ideal para hornear: pastelitos, petits fours (pastelitos de bocado), y masa de profiterol. De 200 a 250 °C / 480 °F: En esta temperatura el horno se encontrará de medio a caliente.
Ideal para: pasta quebrada, y tartas de masa compactas como pays y pasteles elaborados. De 250 a 300 °C / 570 °F: Horno a temperatura caliente-muy caliente. Ideal para hornear: masas de levadura, bollos, y hojaldres.
¿Cuánto tiempo hay que dejar fermentar la masa del pan?
Primera fermentación o fermentación en bloque – El primer paso, tras tener una masa lisa, brillante y que no se pegue en las manos , consiste en la fermentación en bloque. Para ello, lo único que debes hacer es colocar tu masa en un bol amplio, que habrás pintado ligeramente con aceite de oliva, y taparla con film transparente.
Dejarla en un lugar cálido de la cocina hasta que se hinche (prácticamente debe haber doblado su volumen). ¿El tiempo? Dependerá de la temperatura de la cocina y de la temperatura de la masa. A la hora de hacer pan, es fundamental saber que las masas necesitan su tiempo.
Necesitarás 3 ó 4 horas. Tal y como hemos comentado, en esta fermentación lo que se trabaja es el sabor. Una vez que la masa de pan haya doblado su volumen dentro del bol, llega el momento de formar las piezas de pan. A partir de este punto hay que trabajar la masa de pan con mimo , la brusquedad quedó para el amasado.
Hay que pasar la masa a la mesa de trabajo, ligeramente enharinada, desgasificarla ligeramente (no hay que pegarle una paliza, solo quitar el aire ligeramente), hacer una bola con la masa y formar la pieza.
Para hacer una hogaza , tendrás que hacer un pequeño hatillo (plegando los extremos hacia el centro) para que quede una bola más o menos tensa que haya atrapado algo de aire. Después deposita la pieza en el banetón (si vas a usarlo), que habrás enharinado, o en un bol al que habrás puesto un papel de horno en la base.
Si usas un banetón colocarás la bola con los pliegues hacia arriba y, por el contrario, si usas un bol colocarás los pliegues hacia abajo. Moncho López, de Levadura Madre , nos da las claves sobre este proceso.
Esta segunda fermentación se da después de formar el pan y acaba en el momento en el que el pan entra en el horno. El objetivo de este proceso es la producción de gas y el aumento de volumen de la masa. El resultado de que tu pan haga una buena fermentación será que conseguirás un pan esponjoso y con una buena estructura.
Por lo tanto este paso es fundamental en todo el proceso. Una vez tengas la masa de pan formada en el banetón o bol que vayas a usar, debes taparla bien con un paño (mejor de lino) ligeramente enharinado o bien con un film y dejarla que se hinche en un lugar cálido.
Debe llegar casi a doblar su volumen. Al igual que ocurre con la fermentación en bloque, el tiempo dependerá de la temperatura que haya en la cocina y de la cantidad de levadura que lleve el pan , entre otros factores. Una vez concluida la segunda fermentación, es el momento de pasar al horno.
¿Cuál es el mejor horno para hacer pan?
¿Cómo calentar el pan duro?
- ¿Te ha sobrado una barra de cuarto? Gracias a este práctico vídeo de trucos de cocina, sabrás cómo recuperar el pan duro. Te contamos todos los detalles para que vuelva a ser tierno y esponjoso.
Recupera el pan duro de manera sencilla:
- Cogemos el pan que queremos recuperar y lo humedecemos con un chorro de agua por los dos lados.
- Ahora, lo introducimos en el horno previamente calentado a 230º durante 5 minutos.
- Y vamos a descubrir que tierno y sabroso, se ha vuelto ese pan que habíamos dado por perdido.
¿Qué pasa cuando se abre el horno antes de tiempo?
‘ Cuando tenemos el horno precalentando, el gesto de abrirlo bajará la temperatura de golpe y eso influirá en el resultado final, por tanto tenemos que abrirlo a toda velocidad para que los efectos del cambio de temperatura se noten lo menos posible’, explica.
¿Qué es precalentar el horno?
En los supermercados escasean la harina de trigo y el polvo de hornear, señal de que en casa todos están haciendo repostería. La importancia de precalentar el horno. – Precalentar el horno permite dos cosas fundamentales: que tanto el aire, como las paredes metálicas que lo conforman alcancen la temperatura ideal.
El metal actúa como un “almacén” de calor , que lo irradia y permite que el horno tenga una temperatura constante. Cada vez que la puerta se abre , se pierde calor y las resistencias luchan por que los grados no bajen.
Gracias a las paredes metálicas, la temperatura se recupera rápidamente. Si una preparación entra al horno sin que este haya sido precalentado, tomará más tiempo en cocinarse. Además, el choque de temperatura es importante para lograr procesos importantes en repostería.
- El panadero Agustín Adelardi dice que esta práctica garantiza uniformidad en la cocción, sobre todo en preparaciones de panadería y repostería: ” si no se precalienta el horno, al poner una torta desde frío se puede secar o un pan se puede sobrefermentar “;
Por otro lado, la repostera Juliana Álvarez explica que al poner una torta en el horno frío esta no sube bien “y los bordes se secan rápidamente”. Dependiendo del horno, puede tomar entre 15 y 30 minutos en precalentarse y llegar a la temperatura esperada.
¿Cuánto tiempo dura el pan hecho en casa?
“Si huele mal es muy posible que todo vaya bien y no lo sepáis” – Si hacemos la mezcla con harina de centeno o trigo integral, la pelota nos saldrá más dura y seca, no será tan esponjosa. Ahora bien, si sale alguna mota de moho hay que tirarla y empezar de nuevo.
- Para evitar que ocurra, “hay que revolver y airear la masa”, apunta Iban;
- E higienizar el bote en cada refresco;
- Elegir la levadura incorrecta, un error frecuente La masa madre suple a la levadura pero también la puede complementar;
“Forman un buen tándem, puedes unirlas para restar acidez y para que el pan adquiera más matices y sabores más complejos”, explica Daniel. Un pan de masa madre está hecho en 10-12 horas , pero si le añadimos un poco de levadura “reduces el tiempo a 6 horas ganando también regularidad en la elaboración”. Levadura ya aplicada al pan Pixabay Uno de los errores más frecuentes es usar para hacer pan la levadura química apta para pastelería (la Royal, por ejemplo), que es ideal para bizcochos o magdalenas. No es levadura, es un impulsor químico o gasificante que en contacto con el agua libera CO2 para esponjar la masa. “El pan requiere de levadura fresca o seca o no nos subirá”. La fresca resulta ideal para los principiantes, y la seca o también llamada liofilizada o de panadero, ha sido sometida a un proceso de deshidratación y por tanto se conserva más tiempo.
La levadura fermenta el alimento “zampándose los azúcares presentes en el cereal y liberando alcohol y dióxido de carbono, que forma los ojos que vemos en la miga, nos dice el panadero catalán. En la práctica, nos sirve para que la masa leve, aumente de volumen y adquiera esponjosidad.
La Royal también nos sirve para empanadas con poco de volumen. No respetar los reposos y pautas del amasado Mezclar los ingredientes en un bol hay que conseguir que todo el cereal quede bien hidratado. No es bueno ir tirando agua poco a poco “porque destrozas la mezcla, evitas que quede homogénea, se endurecerá o reblandecerá”, explica Jordà.
- Hay que seguir unas pautas : Se empieza por mezclar los ingredientes sólidos y se añaden los líquidos;
- Cuando está todo integrado, se añade la levadura desmenuzada para que empiece a actuar;
- Si el pan lleva grasas, se incorporan siempre (leche o mantequilla por ejemplo) al final para no impedir la formación inicial del gluten;
Hay que amasar con firmeza pero sin exagerar. Solo 2 o 3 minutos. Enseguida debemos dejarla que repose unos 10 minutos. Volvemos a amasar durante un minuto o dos y entonces hacemos un plegado simple, “uniendo las puntas como si fuera un trapo y la dejamos reposar de nuevo”, explica el panadero. Amasando pan nimis69 / Getty Images “Los reposos son básicos para que se haga la autolisis, un autoamasado que segmenta las cadenas de gluten, es un proceso espontáneo que nos facilita la tarea”. Que se nos reseque durante la fermentación Una vez hecho esto, hemos de dejar en reposo el pan hasta que doble su volumen. Más o menos una hora bien tapado y a temperatura ambiente. Cuando ha pasado ese tiempo, llega el momento de cortar el kilo de masa en varias partes, por ejemplo cuatro, para hacer otros tantos panes.
Se repite el proceso hasta que notemos que la masa está fina y elástica, que se estira con facilidad pero no recupera su forma inicial una vez deformada. Y nuevamente lo dejaremos en reposo para que fermente otra hora.
“La fermentación ocurre mayoritariamente en el reposo y por ello es necesario que las condiciones sean las adecuadas para que se desarrolle bien”, apunta Jordà y añade que en estos tiempos tranquilos es cuando el pan desarrolla los sabores que lo harán sabroso y especial.
- “hay que ser paciente”;
- El nivel de hidratación es muy importante, por ello protegeremos la masa de corrientes de aire y la taparemos con un paño o bien la pintaremos con el pincelito un poco con aceite en su superficie;
“Si se nos seca puede quedar una fea piel reseca por encima y no subirnos bien cuando lo horneemos”. Y hay que controlar los tiempos: Una fermentación excesivamente larga hará que la corteza nos quede muy gruesa. La temperatura ambiente también es muy importante.
“Si es demasiado baja el proceso se ralentiza demasiado, y si es muy alta, las levaduras pueden acelerar su trabajo”, nos dice el experto, autor de Love is in the Bread, un recetario lleno de ideas para elaborar panes creativos.
Una vez realizada la segunda fermentación, vamos con el horno. No precalentar el horno, ni tener en cuenta la humedad Es muy importante recordar que el horno ha de estar caliente antes de introducir las masas. “Cada pan requiere una temperatura pero para hacer un pan normal, de tipo básico, si el horno está más bajo de 220 o 230 grados nos costará mucho más de cocer”, apunta Daniel, que insiste en la importancia de que el calor envuelva la masa por igual por todas partes. El horno debe estar caliente antes de Otras Fuentes Hemos colocado nuestros cuatro panes en una bandeja cubierta con papel de horno a una altura media y en 15-20 minutos los tendremos a punto. Hay que tener claro que el pan huye de la sequedad, por ello no debemos encender nunca el ventilador. En cambio, como le gusta la humedad, es una excelente idea colocar un molde en la parte baja del horno para que se vaya calentando, “y cuando colocamos la masa, llenamos el molde vacío con agua, que puede estar caliente, provocando que salga vapor”.
- Si no tenemos este vapor es más complicado que el pan nos quede crujientito, con una buena corteza, además de elástico y tenaz;
- “En general cuando veamos que está bien hecho por fuera, con una corteza brillante, por dentro también estará en su punto”, nos indica Daniel Jordà;
Y añade, “si le damos un golpe en el culo y suena a hueco es que está bien cocido”. Dejarlo reposar en una superficie plana Cuando sacamos el pan del horno, una vez hecho, hemos de dejar que repose para que se enfríe en un lugar sin corriente de aire y sobre todo que no sea plano.
“Si lo colocamos encima de la encimera generará humedad y podemos encontrar agua en la parte de abajo”, explica Daniel. ¿La solución? “Es un buen truco utilizar unas rejillas de horno para colocarlo encima y así impedir que esté sobre una superficie plana”.
Si tenemos mucha prisa por probar nuestra creación, Jordà asegura que no hay ningún problema si empezamos a comerlo caliente (“yo lo hago continuamente”), aunque las abuelas siempre dicen que no hay que hacerlo. Daniel tiene una teoría al respecto: “Como antiguamente no era tan fácil tener pan del día como ahora, a los niños se les decía que el pan acabado de hornear no era bueno para que se comieran antes el que ya estaba un poco duro”. El pan es esencial en la dieta diaria Getty Images El pan normal se puede guardar dos o tres días sin problema en la nevera o a temperatura ambiente conservado en una bolsa de papel o tapado con un trapo de cocina. El buen pan no se seca enseguida. También se puede congelar. 10. No recurrir a la fantasía Cuando el pan básico nos quede de maravilla, nada nos impide arriesgarnos a ser más creativos. Como experto en este campo, Daniel Jordà, aconseja que cada intento de hallar un pan nuevo sea el resultado de una reflexión.
- Además, si lo comes caliente, trabaja menos la masticación y por tanto, comes más;
- “Solo desde la coherencia con lo aprendido, tiene sentido la evolución creativa”;
- Como primer paso en esta evolución, para el panadero recetas sencillas y sabrosas son las del pan de pita, la del chapati (que se hace en sartén) o la focaccia (en italiano significa hogaza), que se elabora con harina blanca, aceite, levadura y masa madre, y que los romanos cocían sobre laurel para aromatizarla;
En el libro de Daniel Love is the Bread (Editorial Juventud) podéis encontrar una que realiza con patata, pimentón de la Vera y pulpo, entre otras muchas maravillas. Por ejemplo, el pan integral de zanahoria, nueces y orégano, el de centeno, limón y chocolate, el de mojito (donde los componentes base del pan se unen al ron, yogur de limón, zumo de naranja y hojas de menta), o el de sandía, un trampantojo conseguido con gotas de chocolate negro y colorante alimentario verde y rojo.